Sonríele a la vida

Sonríele a la vida

jueves, 22 de septiembre de 2011

INDIFERENTE


Cada vez me duelen menos prendas a la hora de decidir en relación a lo que piensen terceros.  No me importa nada girar esquinas sin volver la vista atrás. No me interesa quedar bien con quien no me interesa, ni siquiera que me juzguen mal. ¡Hasta me asusto de mi indiferencia!
Cada vez siento que tengo mejores aliados en las energías que me rodean, y no se si el futuro es bueno o mejor, pero lo siento tan potente que lo contagio, dicen que molesta la seguridad...
No hablo de cosas privadas, no transmito nada que moleste jamas a terceros con nombre o datos, y a pesar de lo que mis amigos creen,  casi siempre cuento cosas que no tienen mucho que ver conmigo,  de mi alrededor.


Hoy es distinto. Tras una coyuntura donde la presión ha sido extrema, la mía!,  durante la que el fiel de mi balanza interna se ha perdido en tantos desequilibrios de mis dudas por un tiempo, hemos vuelto.

Las mujeres hablamos de presión, trabajo, dinero, fe, de amistad, política, de falsedad y dinero, poder,  cambios y de futuro, de peso y físico; pero sobre todo de esperanza. Hablamos de inteligencia y falta de sentimientos y de vez en cuando de amor;  y mas veces que de amor, de sexo. Así que ni me molesto en compartir al viento de internet tontadas de desamor. (¡dedicado a Nuria..); lo escribo para los cortos que creen que eso es lo que nos ocupa; pues ni de lejos...

Hablo de poderes  y gentes que empeñan sus energías en joder los atisbos de libertad de pensamiento, en manipular el todo sin cesar.  Y yo que soy superviviente por naturaleza, aprieto los dientes, me pongo mas guapa que nunca y doy lecciones de inteligencia y mucho aguante, que se mantiene inflexible por espacio del tiempo que sea.... y gano.
Gano siempre porque tengo paciencia y se lo que debo saber.

Hay una máxima que dice que, cuando te agachas el otro se pone en pie, y si te pones en pie, el otro se agacha. Bien, pues yo soy de las que siempre me pongo en pie, aunque me venga una lluvia de leches por todos lados; siempre estoy dispuesta a soportar el chaparrón, porque siempre pasa y no moja tanto como parece. Ya no me mojan las aguas de primavera.
Al final... ¡¡¡siempre gano, porque siempre resisto mas!!!!.
¡Nunca seremos más jóvenes que hoy,
ni estaremos más vivos!

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