Hoy a Concha ya no le importan los papeles de Barcenas, ni
la jeta de Bolinaga, ni los ERES andaluces ni el resto de las cantinelas que
nos quitan la serenidad y aumentan nuestra preocupación diaria. Estamos como
perros rabiosos y nos olvidamos de lo esencial, y es que no hay crisis mas grave
que la de perder la vida.
No seré yo quien alabe a nadie por el solo hecho de fallecer;
pero tengo que apuntar algunas cosas, como la juventud de Concha y su gran
trayectoria; no coincidí con ella en ningún medio de comunicación , además de que, siendo yo la mujer de alguien tan notable en medios como es José Antonio,
siempre que nos encontrábamos se volcaba en hablar con él, como todos.
Pero tuvo suerte, cayo de pie, tenía una fantástica voz y
maneras de hacer; y hoy tengo la
impresión de que su vida ha sido plena y le ha merecido la pena, tanto a nivel
profesional como personal.
Joven aún pero con una gran trayectoria que nos deja historia en
el retrovisor del pasado mas brillante de los medios de comunicación españoles,
cuando había cosas que importaban, y éticas que contaban.
Hoy es un día raro porque de pronto me cansan los petardos que no saben lo que es sentir; salvo odio.
Hoy no me apetece decir mas que estoy con mi amiga P que
mañana pasara por un trago muy triste e injusto. En el recuerdo de un asesinato inolvidable
por su crueldad hace 16 años; y en que tengo suerte de contar con inteligencia
suficiente para darme cuenta que lo esencial es lo que pasa en nuestro
alrededor y dentro de nosotros. Fuera?,
pues allá cada cual…
Visto así, no estamos en crisis porque aún estamos vivos; y
eso siempre es celebrable.