Yo no le deseo mal a nadie, y eso no es una novedad en mi vida. Pero este año ha sido como para pensárselo.
La certeza de que existe muy mala gente ha sido un descubrimiento de tiempos recientes. Y este año ha sido especialmente nefasto para muchos españoles que hemos visto como el sistema se nos desmorona mientras los que podrían hacer algo al respecto miran hacia otro sitio impasibles, sin misericordia ninguna.
Hacer demagogia es facilísimo, como lo es decir obviedades sin fín… Todos hemos oído conversaciones simplonas de gente simplona que dice solo simplonerías del estilo de "que mal esta todo", "no lo podemos consentir", "los niños pasan hambre" y "alguien debe pagar esto", "los políticos tienen la culpa de todo", "a las mujeres nos restan libertades" y un montón de frases manidas soltadas como papagayos sin meditar mas que en difundir mensajes carentes de contenido; pero lo cierto es que si que hay que meditar y pensar en lo que soltamos y creemos; porque así nos va por culpa de nuestra comodidad intelectual sin límite.
La maldad existe y una manera de luchar contra ella es la bondad, no de palabra sino de obra. Y no hablo de paripés que tan bien se nos dan, tampoco de nada religioso sino de actitud de respeto en valores permanente hacia los demás, sean públicos o privados .
La actitud de ser misericordiosos con los demás, de evitar juzgar, imponer, criticar o manipular de cualquier manera a otros, sean conocidos o desconocidos. Los españoles las están/estamos pasando putas, y decir bobadas u obviedades no ayudará; como no ayudará dar la razón a Mas como a los locos. Y estas dejaciones se pagan muy caras.
Vamos a intentar ir poniendo los pies en el suelo real que pisamos, y la mejor manera es tomar conciencia de ello. 2013 es para olvidarlo, sin mas.
Yo no deseo mal a nadie, pero ya va siendo hora de que la gentuza que mueve los hilos, los malvados disfrazados de piadosos, los mafiosos que mueven los hilos del mercado de abastos de la comunicación y demás insensibles avaros manipuladores caigan bajo las garras del sentido común, la critica de la sociedad, el corazón de los jueces justos, (que los hay); y si esto no funciona, si que voy a empezar a desear el mal a aquellos que hacen tanto mal y se quedan tan anchos.
Vamos juntos este año a empezar a dejar de respetar a quienes no merecen respeto por no ser respetables. Y a vosotros los de corazón vivo y aun latente, mis mejores deseos para un nuevo año en blanco que empieza.
