De sufrimiento e hijos...porque hay que tener suerte hasta para nacer.
Nacemos donde nacemos y no elegimos los padres que nos tocan. Y puede ser que nuestros padres sean ejemplos valerosos de honradez, educación ley y justicia , como es el caso de muchos hijos de guardias civiles; que por una vida llena de aprietos, escasez de medios, destinos ingratos y una vida poco alentadora, deciden entrar a formar parte de la mejor defensa de ley con la que contamos en España.
Pero puede ser que nazcas en la casa de un asesino; alguien que aprieta una tecla de móvil o un detonador, para hacer volar por los aires un furgón repleto de vidas jóvenes, hijos también esperanzados, plenos de ilusión de futuro y justicia.. Pero estos hijos de alguien no tienen opción, porque algun desalmado decidió por ellos que no tenían derecho a vivir solo por elegir ese ideal de vida.
Y ya hay muchos en ese saco, el saco de la injusticia jamas resuelta; el saco lleno de vidas truncadas en la plazas y calles de Madrid, donde ETA ha sacudido siempre con fuerza, como la de aquel asesinato múltiple en la plaza de Costa Rica. Historia de aquellos futuros hijos que nunca nacieron, amores que desaparecieron sin haber apenas empezado y madres o padres que nunca olvidaran.
Los hijos hijos son, y quieren a sus padres. Pero si alguien explicara a la niña de Otegui que no es lo mismo un padre que otro....
Que no es igual causar dolor, que pagar por tanto como se ha causado....
Que sufrir por alguien que no sufre por los demas, es sufrimiento perdido....
Que estos mafiosos estafadores, destrozadores de vidas familias y futuros, solo tienen una sola vida para dar, y que esa niña tenga claro que, si vivieramos en países donde la ley es severa con los que juzgan y ejecutan a los demás como si fueran dioses del mal, ella, esa niña sin culpa alguna por no haber podido elegir padre, ya tendría un padre en el corredor de los condenados a muerte.
O quizás ya no.
