Hay personas que, bajo una apariencia cálida, viven en su propio saldillo de miseria permanente con una costra tan espesa que desconocen cual es la realidad que habita en el fondo de ese corazón, repleto siempre de un montón de falsedades que acumulan a lo largo de sus muchos tiempos de errores, falacias y mentiras que ellos mismos convierten en el pan nuestro de cada mañana.
Sentimentalismo de bolsillo que ofertan a borbotones; amistades de interés puntual, de ultimo minuto, destructores de reputación y personas en base a vanidad, ganada a golpe de injuria, labia y mediocridad.
Gente sin fondo ni estilo, sin valores ni respeto, desagradecidos a los que hay que entender, aceptar, soportar, y perdonar per se una y otra vez.
Personajes siempre hueros que siembran el dolor por donde pasan y que como las setas, crecen a la vera de los grandes puntales, se nutren de su presencia cercana y se desarrollan como lapas insufribles y mezquinas.