Hablan de la mujer y es una chica de solo 24 años, claro que
para ellos que se casan con niñas de 14 esta debe ser ya una vieja. Me refiero
a Marte Deborah Dalelv, la noruega que el pasado mes de marzo denuncio una
agresión con violación por parte de un colega en un hotel del modernísimo Dubái
en el que estaban de viaje de negocios.
Pues lo denuncio a la policía, como debe hacerse, si estas
educado en democracia, y de entrada, la
encerraron en una celda a espera de juicio, y la sorpresa para ella y para el
resto del mundo fue este pasado miércoles que se conoció la sentencia que le imponían
de 16 meses de cárcel, a ella, por comportamiento indecente (relación sexual
fuera del matrimonio), así como por consumo de alcohol, mientras que su agresor
ha sido indultado.
Emiratos Árabes Unidos ha anunciado hoy que Marte Deborah
Dalelv, de 24 años, ha recuperado su pasaporte esta libre y puede abandonar el
país. Que “la perdonan”
Su salida ha sido por la insistencia del respaldo del
Gobierno noruego y la indignación internacional.
Y mientras por aquí andamos como siempre, a por uvas, con
restos de la “Alianza de Civilizaciones” y demás tontunas como es regalar
terrenos o edificios nuestros a estos, para construir mezquitas, o
subvencionando con nuestro “dinero infiel” todo tipo de asuntos religiosos que
no aportan nada al pueblo español. Y aquí mientras colectivos de feministas de
pacotilla montan su show dialectico consiguiendo pervertir poco a poco, el
lenguaje en pro de una memez sin limites, o ofendiéndose mucho y poniendo el
grito en el cielo cada vez que alguien "osa no aceptar públicamente adorar al
colectivo gay, mas que a si mismo”. Hasta esta estupidez completa hemos llegado,
obviando que no todos tienen la misma suerte de estar en un país así de libre como este que nos ha tocado en suerte.
Yo no quiero tragar ni un ápice con la imposición silenciosa de respetar estas cosas, y si esta tan flagrante de carencia de
libertad y justicia, aun menos.
Impidamos que nos impongan a esta gente que, ni tiene que ver con
nosotros, ni nuestra cultura, religión o pasado, ni haciendo que consideremos
como normal, lo que de normal no tiene nada.
Ahora esta chica “puede irse de Emiratos”… ¡Ya lo creo que
se irá, para nunca volver!. Nunca
olvidara la experiencia de la injusticia social que es nacer mujer en sitios
donde la ley no tiene nada que ver con los justo; ni el derecho es mas que el
del silencio; y los abusos se consideran como nada, si eres eso, solo una mujer.
Luego vienen a España y parecen otra cosa, aunque todos
sabemos lo que en realidad esconden bajo su ingente cantidad del dinero de
petróleo y su mala educación: primitivismo retrogrado ancestral, excusado por
una religión, igual de incongruente y primitiva, que trata a seres humanos por distinción
de sexo, como menos que a cabras.