Vivimos en un mundo negativo, donde las malas experiencias se cuentan como primicias, y la información es seleccionada en base a critica y desgracia..
cada día vemos destacado por todas partes lo peor del ser humano... la corrupción, el maltrato, leyes que amparan el aborto, el fracaso y encuentras que van acongojando nuestros corazones.
Frente a esta invasión y sin caer el el mini nacionalismo de portal, apreciar las pequeñas riqueza que atesoramos todos debería ser una labor- materia a enseñar en aulas y colegios.
Siempre nos comparamos con los que están por encima de nosotros maldiciendo nuestra suerte, sin embargo somos el cielo para otras muchas personas y ni siquiera somos capaces de darnos cuenta, de forma real, que somos tan privilegiados.
Apreciar lo cotidiano, el cariño de la familia, o el roce del hijo cuando te necesita porque su pequeño mundo le agobia y necesita de nosotros.. ese trabajo que parece sin especial interés, pero que es un trabajo que hay que hacer, y hacerse bien.. la caricia del sol que da energía y no cuesta nada.. el olor a comida, una oferta de invitación de alguien que te aprecia y quiere compartir algo contigo.. el esfuerzo de alguien amigo por estar cuando le necesitas, son esas pequeñas cosas cotidianas a las que no se le da valor y son las que hacen que cada dia merezca la pena ser vivido, al margen de informativos y políticas de políticos.
Una vida llena que no se ha dado cuenta que lo es.